Lola Rodríguez de Tió
PUERTO RICO
Lola Rodríguez de Tió:
Una Vida de Pasión y Poesía
En el vibrante tapíz de la historia, existen aquellos cuyas vidas brillan intensamente como faros de inspiración. Rompen barreras y desafían los roles tradicionales asignados a las personas, participando activamente en la esfera pública y abogando por la igualdad de derechos. Nuestra latina, Lola Rodríguez de Tió, fue una de esas luminarias.
Nacida un 14 de septiembre de 1843 en San Germán, Puerto Rico, su vida estuvo marcada desde el principio por una insaciable curiosidad y un deseo ardiente de aprender. Enfrentó la estigmatización y la censura por expresar sus opiniones y defender sus ideales. A pesar de las limitaciones que enfrentaba como mujer, ella persistió y continuó luchando por sus convicciones. Su carácter se destacaba por su valentía, determinación y pasión por la justicia social y la independencia de Puerto Rico. Lola estudió poesía, literatura y filosofía, y compartió su pasión a través de sus versos.
Acompáñanos mientras exploramos su extraordinaria vida, sus sueños y los desafíos que enfrentó.
Dolores Rodríguez de Astudillo Ponce de León o Lola Rodríguez de Tió nació en el pueblo de San Germán en Puerto Rico el 14 de septiembre de 1843. Durante su vida se distinguió como poetisa, periodista de ocasión y como mujer de ideas revolucionarias.
El deseo de Lola por la poesía comenzó desde una edad temprana. Desde su niñez, Lola mostró un interés y talento innato por la literatura y la escritura. Su amor por la poesía fue influenciado por el entorno cultural y literario en el que creció. Su familia valoraba la educación y la expresión artística. Sus padres fueron Sebastián Rodríguez de Astudillo y Carmen Ponce de León.
Lola comenzó sus estudios primarios en San Germán y en Mayagüez bajo la tutela de su padre. Fue en este ambiente que se familiarizó con la poesía y desarrolló un gusto por ella.
El movimiento poético romántico de la época enfatizaba las emociones, la expresión personal y la pasión. Estas características resonaron con el espíritu apasionado y rebelde de Lola, y la poesía se convirtió en una forma de canalizar sus sentimientos y sus ideas políticas. Sus poemas, como "Cantares" y "Canto a Puerto Rico," reflejaban su pasión por la independencia de Puerto Rico y la igualdad de género.
En 1865, a sus 20 años, Lola se casó con el periodista Bonocio Tió Segarra, con quien compartió su amor por la cultura y la política. Juntos tuvieron dos hijas, Patria y Mercedes.
Durante el Grito de Lares en 1868, Rodríguez de Tió escribió la letra patriótica de "La Borinqueña," un himno revolucionario. En este mismo evento histórico de Puerto Rico, nuestra latina Maria Bracetti también tuvo un importante rol.
El compromiso de Lola con la independencia de Puerto Rico la llevó al exilio en Venezuela y luego a Cuba, donde apoyó la causa independentista cubana. A su regreso a Puerto Rico, luchó por la liberación de los autonomistas encarcelados en celdas del castillo El Morro y el fuerte San Cristóbal, durante el régimen de los compontes. Su poema "Nochebuena" fue escrito para conmemorar su excarcelación.
Después de su segundo destierro en 1892, Lola se estableció en Nueva York, donde se unió al Partido Revolucionario Cubano y fue nombrada presidenta honoraria de un club revolucionario. De regreso a Cuba, se involucró en actividades benéficas durante la Guerra de Independencia de Cuba. Poco después de la evacuación de Cuba por las tropas españolas en 1899, regresó a La Habana e inmediatamente fue nombrada inspectora de Escuelas Públicas.
Una de sus actividades predilectas era la poesía, primero publicó varios poemas sueltos, que luego serían recogidos en libros que irían apareciendo paulatinamente. Ya para el 1910 es nombrada miembro de la Academia de Artes y Letras; y de la "Sociedad de Escritores y Artistas" de Cuba.
En 1915, visita a Puerto Rico donde finalmente fue acogida con gran júbilo, como un acontecimiento nacional.
En sus últimos años, visitó Puerto Rico, España, Francia y Suiza, antes de regresar nuevamente a Cuba. Lola Rodríguez de Tió falleció en Cuba el 10 de noviembre de 1924 en la Habana.
Durante su vida, el trabajo de Lola Rodríguez de Tió fue uno de lucha internacional. Su legado perdura como una figura emblemática de la poesía, la independencia y la igualdad en la historia de Puerto Rico y Cuba.
Hizo de Cuba su segunda patria, y a la hermana antillana le dedicó el libro "Mi libro de Cuba" en 1893, y el conocido "A Cuba", que dice:
Fue pionera como defensora de los derechos de la mujer. No descansaba en denunciar el gobierno despótico colonial en la Isla y propagar los ideales revolucionarios, por lo que fue perseguida durante toda su vida por las autoridades policiacas.
Doña Lola Rodríguez es muy recordada en cada actividad política independentista en Puerto Rico, particularmente en la conmemoración del Grito de Lares, cada 23 de Septiembre, cuando se canta el himno revolucionario que escribió para la danza La borinqueña.