Isabel Allende
Érase una vez, específicamente un 2 de agosto de 1942, la creatividad viajaba en búsqueda de un corazón capaz de unirse con palabras y crear las mas cautivantes historias. El recorrido había llegado a su fin cuando en Lima, Perú nació una pequeña niña de ojos vibrantes y un futuro lleno de aventuras. Sus padres eran originarios de Chile; país situado a lo largo de la costa Occidental de Sudamérica, entre las solemnes montañas de los Andes y el majestuoso Océano Pacífico. Su nombre; Isabel Allende Llona.
Desde pequeña, la conexión que la unía a su abuelo Tata era especial. Ambos se perdían en el tiempo ante sus largas conversaciones. El amor que tenían por el lenguaje y el relato de historias contenía mas poder que sus diferencias sobre el rol de la mujer, la religión y política. Por otro lado, la televisión no existía y el radio solo se disfrutaba en ocasiones especiales. Sin embargo, Isabel había encontrado el perfecto transporte hacia la aventura: los libros.
Con el paso del tiempo, Isabel y sus hermanos fueron a vivir a otros países como Bolivia y Beirut. Los continuos cambios y fascinantes culturas cautivaban mucho mas los pensamientos de Isabel. Cada aroma, melodía y ambiente la hacían volar hacia místicos lugares que habitaban solo en su mente. Sin embargo, ante el peligro que los envolvía en el Medio Oriente, tuvieron que regresar nuevamente a Chile. Isabel y Tata continuaron disfrutando de su compañía. El escucharlo hablar sobre la forma en que había vivido en su juventud la fascinaba e inspiraba.
Isabel finalizó sus estudios, conoció a su primer amor, Miguel Frías, y tiempo después nacieron sus hijos Paula y Nicolás. En una ocasión tuvo que representar su trabajo en un anuncio televisado. Su carisma cautivó a muchos, por lo que, se le ofreció su propio programa. En los siguientes años Isabel trabajaba como periodista en televisión y colaboraba en revistas. El tiempo le había dado el privilegio de encontrar su voz y compartirla con miles de personas. Su inusual forma de expresarse y la habilidad de incluir humor en sus sensitivas palabras, la volvieron una celebridad en su país.
Sin embargo, después de la dictadura militar en Chile, Isabel y su familia se vieron obligados a dejar su hogar y comenzar nuevamente en Venezuela. Su vida estaba segura, pero con sabor a frustración. La vida que en algún momento en su juventud había visionado, estaba lejos de la realidad que la envolvía. La pasión que le traía el periodismo y la televisión había sido cambiada por largas horas de trabajo que solo le permitían traer sustento a su familia. En su pequeño apartamento, “anhelaba la paz del bosque, el silencio de la montaña, y el zumbido del mar” que su Chile amablemente le regalaba.
Durante su exilio en Venezuela, recibió la noticia de que su abuelo, Tata, estaba falleciendo. Ya que no podía volver a Chile, comenzó a escribirle una carta. De manera inexplicable las palabras fluían desde su interior y se plasmaban en el papel. Meses después, dicha carta contenía sobre 500 páginas. Su madre, Panchita, le sugirió publicarla. Y aunque la idea encontró varias puertas cerradas; en 1982 se convirtió en su primera novela de realismo mágico, La Casa de los Espíritus.
Su novela fue todo un éxito y ha sido publicado en varios idiomas. Tiempo después, Isabel lo lograba nuevamente con la publicación de su segunda novela, De amor y de sombras. Con dos libros exitosos, Isabel finalmente podía llamarse escritora. Aunque su vida profesional estaba expandiendo sus alas, su matrimonio llegaba a su fin.
Después de 15 años, pudo regresar a Chile. Sin embargo, la oscuridad estaba por embargarla nuevamente cuando su hija Paula falleció. El dolor que sentía Allende le impedía comenzar otro libro como acostumbraba cada 8 de enero. Luego se dio cuenta de que los escritos que le regaló a Paula mientras dormía contenían esas palabras anheladas. Según Allende, “lo que he aprendido de tanto sufrimiento es que al final lo que queda es el amor que has dado.” Y fue por amor a su hija que creó la Fundación Isabel Allende para brindar ayuda a mujeres y niñas.
Isabel Allende ha logrado una extensa y distinguida profesión. La autora ha vendido más de 60 millones de ejemplares y su trabajo ha sido traducido a más de 35 idiomas. En sus novelas, ella demuestra su creencia en la vida, y la sabiduría que sobrepasa el mundo material en que vivimos. Su escritura comienza con el corazón y comparte su pasión por la libertad y el espíritu de las mujeres.
“Siempre estoy dispuesta a abrir mi vida y mi corazón”, dice Allende, “porque creo que en general no es la verdad expuesta que nos hace vulnerable, sino los secretos que guardamos … Soy consciente de lo mucho que todos tenemos en común.”
Entre algunos de los reconocimientos que Isabel Allende ha recibido durante su aventura como escritora están:
1990. Premio de Gabriela Mistral
1993. Estreno de la película La casa de los Espíritus
1996. Premio de Herencia Hispana en la categoría de Literatura
1998. Premio Dorothy & Lillian Gish por contribuir a la belleza del mundo y el disfrute y entendimiento de la vida.
2000. Su libro Hija de la Fortuna es seleccionado para el Club de Libros de Oprah, siendo la Primera Hispana autora en recibir dicho crédito
2002. Premio de la Excelencia Internacional en la Literatura y las Artes
2006. Allende participa como Portadora de la Bandera Olímpica.
2007. Participa en una conferencia TED en Monterey, California
2008. Recibe Doctorado Honorario de San Francisco State University.
2010. Premio Nacional de Chile en la categoría de Literatura.
2012. Premio de Literatura Hans Christian Andersen
2014. Recibe la Medalla Presidencial de la Libertad y un Doctorado Honorario de Harvard University
Bibliografía:
Mendoza, Sylvia. The Book of Latina Women; 150 Vidas of Passion, Strenght, and Success. 2013. 225-227.
Main, Mary; Isabel Allende: Award-Winning Latin American Author. 2005.
Nagle, Jeanne & Main, Mary. Isabel Allende: Award-Winning Author. 2016.
"Dejarse vencer por la vida es peor que dejarse vencer por la muerte. Lo último es inevitable. Lo primero es voluntario. Y todo lo voluntario debe ser sano, fecundo, creador."